Despachó el primer jonrón de la novena en el clásico de octubre y repitió la dosis en el cuarto encuentro para contribuir a la victoria que le permitió a los AJ Hinch empatar la serie.
No es precisamente el bate de más fuerza en el club, pero vaya que ha sido oportuno.
En los tres duelos en los que ha visto acción, Chirinos despachó cuatro inatrapables, incluido su par de estacazos, que han de ser más valiosos que los 17 que conectó durante la ronda regular, en la que terminó ligando .238.
Es apenas el primer receptor que en Serie Mundial despacha jonrones en juegos consecutivos desde que lo hizo Ted Simmons en 1982.
Es verdad que su trabajo destrás del plato es su carta de presentación, no en vano registró el quinto mejor promedio de fildeo de toda la temporada en la Liga Americana. Sin embargo, el aporte de su bate en este momento cumbre es lo que más respalda la posibilidad de que el venezolano pueda extender su paso por Texas.
Al fin y al cabo él ya es un jugador probado en ese terreno. Es verdad que esta es su primera experiencia con los Astros, pero las seis campañas anteriores con los Rangers lo hacen una cara conocida para los tejanos.
Robinson, un hombre de fe, cauto y agradecido, está consciente de que los 5.75 millones de dólares que recibió en diciembre pasado solo le aseguran con Houston la temporada en curso. Y no le angustia, al menos no ahora. Todo el que lo ve en el plato, o detrás de él, sabe que está concentrado en conseguir el titulo.
Quizás sea ese triunfo lo que le permita optar por una renovación para extender a nueve sus años como pelotero profesional.
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