Partieron del puerto de Güiria (noreste de Venezuela) rumbo a Trinidad y Tobago. La madrugada del pasado miércoles su embarcación se hundió con al menos 25 personas a bordo, de las que 21 siguen desaparecidas. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha denunciado este viernes el naufragio, consecuencia de la migración masiva de venezolanos que huyen de la gravÃsima crisis que golpea el paÃs.
«Este trágico incidente», señaló un portavoz de la organización desde Ginebra, «pone de relieve los riesgos extremos que afrontan las personas refugiadas y migrantes en sus viajes por mar y otros movimientos transfronterizos, al tiempo que muestra la desesperación de quienes se ven forzados a huir de sus hogares y las extraordinarias dificultades a las que deben hacer frente en su viaje».
Las primeras informaciones llegaron gracias a la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, cuya capital, Puerto España, se encuentra a unos 10 kilómetros de la penÃnsula que conforma el extremo oriental del Estado de Sucre. Según los agentes, un barco llamado Jhonnaly José volcó durante la travesÃa. Los equipos de rescate lograron salvar a cuatro personas con el apoyo de las autoridades venezolanas, aunque Acnur indica que existen informes que hablan de nueve migrantes rescatados. En cualquier caso, la agencia reporta que «al menos 21 personas, entre ellas mujeres y niños, continúan aún en paradero desconocido mientras se mantienen las labores de búsqueda».
Los datos de la ONU calculan que más de tres millones de venezolanos han huidoen busca de oportunidades desde 2015. La gran mayorÃa, además, lo hizo a partir de abril de 2017, cuando el Gobierno de Nicolás Maduro anuló las competencias de la Asamblea Nacional y comenzó una oleada de protestas que dejó casi 150 muertos. Los migrantes suelen cruzar las fronteras terrestres, sobre todo la de Colombia, donde están radicados más de un millón de venezolanos.
No obstante, la cercanÃa de algunas islas del Caribe como Trinidad y Tobago, Aruba o Curazao lleva a muchos habitantes de las poblaciones costeras a intentar abandonar el paÃs por mar. El régimen niega la dimensión de estos flujos migratorios y en más de una ocasión ha organizado y publicitado repatriaciones de cientos de personas desde otros paÃses latinoamericanos. El salario mÃnimo en Venezuela, que junto con los bonos estatales supone el único ingreso de millones de familias, está fijado en 18.000 bolÃvares soberanos. Una cantidad que apenas supera los tres dólares en el mercado.
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