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Diana Fontanez pasó de la prostitución al éxito empresarial

Diana Fontanez ha creado un negocio en el que comparte situaciones de su vida, brinda asesoría a empresas y educa a la gente para tratar de erradicar la transfobia.

 Esto no es de Dios. Les tengo un bochinchito”. Con frases como estas, Diana Fontanez se ha ganado a miles de seguidores en las redes sociales y se ha posicionado como una personalidad hispana reconocida por compartir sus ocurrencias diarias.

Se crió en la zona rural de Puerto Rico en condiciones que describe como de “extrema pobreza”. Actualmente, el negocio que comenzó en el 2006 con tan solo $40 genera miles de dólares y la ha llevado a posicionarse como una de las consultoras hispanas que mejor monetiza su presencia en las redes en el ámbito de las ventas directas.

Diana Fontanez, de 43 años, asegura que su meta es ayudar a las personas, compartir estrategias de mercadeo, ventas, crecimiento comercial, profesional y personal. Sin embargo, su vida no siempre ha sido color de rosa.

Su energía, carisma y confianza son simplemente contagiosas. La serenidad y la franqueza con la que narra sus altos y bajos requieren “fuerza y seguridad”.

A los 15 años decidió confesar que se sentía mujer y deseaba hacer la transición. A los 18 vendió su cuerpo para generar el dinero necesario para sobrevivir.

“No me siento cien por ciento orgullosa, pero tampoco me arrepiento. Todas esas experiencias me hacen la Diana Fontanez que soy hoy día. Una mujer fuerte, liberada y segura de mí misma”, dijo con una enorme sonrisa.

“Antes mi vida era más alocada, por todas partes. Ahora estoy más centrada en qué es lo que quiero y a lo que vine aquí a la tierra. Me gusta inspirar, motivar, dar un mensaje de que a pesar de los problemas y los obstáculos la gente se puede levantar”, recalcó.

Por eso, además de su negocio, el cual realiza a través de Internet y “desde la comodidad de mi hogar”, Fontanez ha logrado establecer una extensa base de seguidores en las redes sociales. Con aproximadamente 330,000 fans en Facebook y más de 50,000 en Instagram, la empresaria también pone en uso su talento en la comedia y el drama para “hacer reír a la gente. Hablar sin pelos en la lengua y —entre relajos y dramatizaciones—compartir lo más íntimo de mi vida”, dijo.

“Si te pones pa’ tu número, puedes lograr [todo lo que quieras]”, enfatiza. “El antes mío y el después es bien interesante. Muchas personas ven el ahora y dicen, ‘pues es fácil’. Mi vida, mi infancia no fue fácil. Yo me crie en la pobreza financiera, sin un padre, una vida bien inestable viviendo aquí, viviendo allá, en todas partes y ya a los 15 años, 14 años yo me sentía, es más desde los 12 años yo me sentía bien diferente. Esa pubertad para mí fue bien confusa porque no entendía por qué sentía atracción por un niño”, recuerda.

Desde pequeña siempre supo que era mujer, a pesar de haber nacido hombre y llevar el nombre de Adalberto Fontanez. Aunque confiesa que no sabe con exactitud de dónde le nació el llamarse Diana, sí recuerda con lujo de detalles el arduo camino que ha recorrido desde que a los 15 años decidió “salir del closet como transgénero” y vivir una vida libre y sin importarle el qué dirán.

Fontanez dice recordar lo feliz que estaba porque su familia la aceptaba, pero la sociedad no estaba lista para hacerlo. Así fue expulsada de la iglesia y de la escuela por su transición, pero nada la detuvo y decidió luchar y vivir su vida al máximo sin prestar atención a tener que complacer a todos, y solo complacerse a ella misma para cumplir sus metas. “Yo me encerraba en las librerías. Los libros yo siempre he dicho que me salvaron la vida. Ahí yo me escondía, yo me refugiaba”, dijo mientras recordaba que a los 14 años intentó quitarse la vida porque “cuando salí a la sociedad, fueron ‘bien cruel’ conmigo. Estaba bien confuso sobre lo que era”, dijo.

“Pero las cosas cambian para los decididos”, dice sobre la transformación que enfrentó en su vida y su carrera. “Dejé las calles, entré al mundo de las ventas directas y tuve éxito. Luego me hice una exitosa mentora en el campo del desarrollo personal y empresarial y ahora esa es mi misión: Darte las herramientas para que vivas la vida que realmente deseas”.

“El negocio es un reflejo de uno. Es una mezcla de un sistema probado que genera dinero y el trabajo interno para desarrollarte como persona”, confiesa la estratega digital. “Me apasiona ayudar al prójimo y me mueve este intenso deseo de ver a otros vivir la vida que realmente desean porque sé lo que es vivirla una vez decidí cambiar la mía”, asegura.

El alcance de su mensajes, especialmente a través de la plataforma de Facebook sobrepasa los 6.8 millones de visitas según los datos de los últimos 28 días. El primer video que le dio esa popularidad de la cual goza ahora fue en enero y era sobre “una crítica [review] de un restaurante. Ahí me di cuenta que la gente quiere verte cómo eres: natural, con maquillaje, sin maquillaje, con plancha o sin plancha”, dijo.

Fontanez dejó claro que no siempre su vida es “todo happy”. La puertorriqueña dijo que vive la vida con optimismo, pero que su “templo” (cuerpo) es humano y hay días en los que se siente caída.

“En esta vida si tú no hablas, no sanas, por eso yo no me agobio con las situaciones diarias, las hablo y se las presento a mis seguidores”, dijo. Hace apenas unas semanas Fontanez tuvo un incidente en un supermercado donde alega que un empleado se mofaba de ella por ser transgénero y se reía de ella con otros clientes. En un principio decidió ignorarlo como de costumbre, se fue tranquilamente de la tienda por departamento, pero regresó. “Yo tengo algo que muchos no tienen. Yo tengo una plataforma que puedo usar para ayudar a otros. Ayudar a que la transfobia acabe. Regresé y casi sin aguantar las lágrimas, me quedé allí esperando hasta que me hicieron caso. Ahora todo está bajo investigación”, dijo Fontanez quien no desaprovechó la ocasión para hacer un Facebook Live que ya tiene más de un millón de visitas.

El Sentinel se comunicó con la empresa que aseguró que en efecto la situación está bajo investigación y recalcó que “tomamos estas alegaciones con seriedad y estamos investigando más a fondo el incidente. Lo que se reporta del incidente es totalmente inconsistente con nuestros valores fundamentales y no representa en ninguna forma la experiencia que queremos para nuestros clientes. No toleramos la discriminación y mantenemos una fuerte política anti-discriminatoria que promueve la diversidad y la inclusión”.

Fontanez dijo que recientemente regresó al supermercado y volvió a ver allí al empleado. “Yo no quiero que lo boten, pero quiero que la gente entienda que lo que él hizo no está bien. Yo estoy dispuesta a orientar a las personas, a dar seminarios, a que comprendan que una persona transgénero no es diferente a cualquier otro ser humano”.

Los miembros de la comunidad transgénero viven a menudo situaciones como la que enfrentó Fontanez, y, según explicó Ashley Figueroa, gerente de proyecto en la organización sin fines de lucro Bliss Healthcare Services, que brinda servicios a pacientes que tienen el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y enfermedades de transmisión sexual, pueden tener consecuencias fatales.

“Cuando ocurre algo así en una empresa como Walmart, como pudimos ver, a Diana le afectó emocionalmente. Un 50 por ciento de las personas, en alguna etapa de su jornada como transgénero intentan el suicidio”, afirmó Figueroa, de 30 años, y original de Puerto Rico.

Para ella, quien también es transgénero y, aunque ya no sufre discrimen en su área de trabajo sí lo percibe cuando sale a la calle, la educación es fundamental, principalmente para la comunidad latina.

“Las grandes compañías deben tomar acción [ante situaciones como la que vivió Fontanez] y esa acción deber ser en forma de facilitar entrenamiento para equipo para entender qué es ser trangénero, qué significa, qué pronombres usar y cómo tratarlos.

Figueroa está a cargo de un programa que se llama Bliss Transformation y consiste en una clínica para pacientes de la comunidad trangénero. “Los ayudamos con tratamientos que tienen que ver con las hormonas, terapias también ya que esto es algo, como en el caso de Diana, que le afectó, ofrecemos los servicios de gratis”.

Según datos compartidos por Figueroa, solo en 2018, en toda la nación hubo 22 personas transgénero que han fallecido por incidentes violentos. En Florida seis, y una de ellas en Orlando.

A pesar de los incidentes que ha sufrido en algunas ocasiones y las miradas que recibe, Fontanez, aseguró estar agradecida de vivir en una comunidad inclusiva como Orlando. De hecho, la semana pasada, el alcalde de la ciudad de Orlando dijo que esta es “una ciudad acogedora e inclusiva y @citybeautiful apoya la lucha de nuestra comunidad transgénero por la igualdad y el respeto. Me enorgullece unirme a la Comisionada Sheehan para proclamar del 12 al 19 de noviembre como la “Semana de Concientización Transgénero”.

“Como quiera hace falta bastante camino que recorrer, especialmente entre la comunidad hispana, ya que esto es un poco más tabú. Pero a mí no me ofende que me pregunten qué es ser transgénero, si todavía tengo mis partes íntimas masculinas, por qué no quiero operarme etc. Yo creo que todos debemos vivir nuestras vidas al máximo, ayudar a los demás y solo ser felices”, aseveró.

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