En su actualización de las previsiones económicas para América Latina, el FMI advirtió que el derrumbe de ese país puede acrecentar los efectos colaterales en los vecinos que ya están acogiendo un fuerte flujo de emigrantes venezolanos.
«Proyectamos un estallido de la inflación hasta 1.000.000% para el fin de 2018,para indicar que la situación en Venezuela es similar a la de Alemania en 1923 o Zimbabue a fines de la década de 2000″, señaló el economista jefe del FMI para América Latina, Alejandro Werner.
«El colapso en la actividad económica, la hiperinflación y el creciente deterioro en el suministro de servicios públicos (salud, electricidad, agua, transporte y seguridad) así como la falta de alimentos y precios subsidiados generaron grandes flujos migratorios cuyos efectos tenderán a intensificarse en los países vecinos«, advierte el informe.
Venezuela continuará «con elevado déficit fiscal financiado enteramente mediante expansión de la base monetaria», es decir, mediante la emisión de nueva moneda, según los técnicos del FMI.
Este escenario «continuará alimentando una aceleración de la inflación al tiempo que continúa el colapso de la demanda de moneda», se añade en el informe.
Aún con relación a Venezuela, el FMI apuntó que su proyección de una contracción del 18% se explica por la «significativa reducción en la producción de petróleo».
Así, señaló el Fondo, se trata del tercer año consecutivo de un retroceso real del PIB venezolano en niveles de dos dígitos.
Según los estimados del FMI, en 2016 la economía del gigante petrolero sudamericano se contrajo 16,5%, y el año pasado lo hizo con un 14%. De confirmarse la proyección de -18% este año, el país acumularía una recesión superior a 45% en tres años.
El FMI también revisó a la baja su previsión del crecimiento para América Latina, de 2% a 1,6%, con relación a las proyecciones que la entidad crediticia había divulgado en abril de este año.