El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) presentó su informe anual y advirtió que la violencia sigue incrementándose en el país.
Roberto Briceño-León, director de la organización, confirmó a la periodista Shirley Varnagy, que «regresaron los robos, asaltos y secuestros. También aumentó la extorsión sobre todo a comerciantes y empresas que reciben dólares».
Detalló que en los últimos años existía una falsa idea de seguridad, motivada por la escasez de efectivo y la devaluación. Sin embargo, la tendencia cambió desde se integraron las divisas al mercado.
«Está cambiando porque empleados, amas de casa, obreros y vendedores ambulantes tienen dólares en el bolsillo. Eso significa dinero y empiezan a darse nuevamente asaltos. No es que ha mejorado la seguridad o la labor de la policía. Solo forma parte de lo que ha sido la destrucción del país y la economía», explicó.
Aunque en el pasado los raptos estuvieron inclinados hacia grandes empresarios, se confirmó que las prácticas de extorsión aumentaron hacia «comerciantes y empresas que reciben o venden dólares».
ROBOS, ASALTOS Y SECUESTROS: DE VUELTA A LA INSEGURIDAD EN VENEZUELA
Según los estudios del OVV, la actividad criminal se extendió a otras áreas de Venezuela, con especial atención a los estados fronterizos. A su juicio, esto también responde a la presencia de la dolarización o el poco control del delito organizado.
«No es igual en todos los estados. Aumentó en la región central, Carabobo, Aragua, Miranda y Distrito Capital. También se presentó en Delta Amacuro, parte del crimen violento y narcotráfico se movió esas zonas y en Monagas también se vio en relación con la variación de la industria petrolera», detalló.
Durante 2021 las edades de las víctimas de violencia en el estado #Trujillo estuvieron comprendidas entre los 25 y 39 años (43%)
— OVV (@ovv_violencia) January 13, 2022
(2/2)#InformeOVV2021)
Además, el experto mencionó que en Sucre, Zulia y algunos sectores del estado Trujillo -que históricamente no es violento- se registró un incremento de la delincuencia, en especial «en las zonas planas, que tienen frontera con el lago de Maracaibo».
Cuando fue cuestionado sobre la cantidad de bandas y organizaciones que operan en el territorio o han sido desarticuladas, resaltó que precisarlas cuantitativamente es una tarea muy difícil.
«Lo hemos intentado varias veces, pero es complicado porque cambian de nombre, se dividen, subdividen y generaron algunas alianzas. Lo que llaman ´trenes’ que significa que mantienen autonomía relativa pero siguen funcionando», alegó.
Finalmente, explicó que esta dinámica en áreas como Bolívar, Zulia y Táchira, no tiene que ver con la acción del Estado «sino con la acción de otras bandas más poderosas, o de la presencia de grupos guerrilleros colombianos que empiezan a generar su dominio«.
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