el sospechoso de haber tramado un intento de asesinato contra Donald Trump en su campo de golf en Florida, dejó escrita una carta hace meses en la que confirma que planeaba matar al candidato presidencial republicano.
El papel se encontraba en una caja entregada a un conocido suyo, que la abrió tras los hechos y contactó con la policía el 18 de septiembre. El escrito da por sentado su fracaso, ofrece también una recompensa para que otros lo intenten.
Se trataba del segundo intento que se conoce de atentar contra Trump tras la bala que recibió en un mitin el pasado mes de julio y que le provocó una herida en la oreja.
La carta se hizo pública como parte de un documento judicial presentado por la Fiscalía para pedir que se mantenga detenido a Routh, quien comparecía este lunes ante un tribunal en Palm Beach para una vista preliminar.
Dirigida al “mundo”, indica: “Esto fue un intento de asesinato contra Donald Trump, pero lamento que haber fallado. Hice lo que pude y empleé toda la valentía que pude reunir. Ahora les corresponde a ustedes completar el trabajo y ofreceré 150.000 dólares a quien pueda hacerlo”.
Según el documento judicial, Routh, trabajador de la construcción itinerante de 58 años y obsesionado con Ucrania, había estado merodeando en los alrededores del campo de golf durante un mes antes ser detectado en el exterior del club Trump International, donde llevaba oculto unas 12 horas.
Ese día, portaba un rifle semiautomático, con mira telescópica, cargado y con munición de repuesto, una cámara digital con la que aparentemente pretendía grabar su acción y dos mochilas llenas de placas de cerámica. La policía trabaja con la hipótesis de que quería utilizarlas a modo de chaleco antibalas.
Routh se había posicionado en dirección al hoyo 6, supuestamente para disparar contra Trump a la menor distancia posible. Pero antes de que el expresidente llegara allí, un agente del Servicio Secreto que se había adelantado para examinar la zona, como parte de las medidas de protección del candidato, vio que el cañón del arma sobresalía entre los arbustos y abrió fuego. El sospechoso huyó del lugar en un vehículo, pero un testigo presencial tomó fotografías del auto y la matrícula, lo que facilitó que la policía pudiera detenerlo en la autopista, aproximadamente una hora más tarde.
En un cerco, la policía encontró abandonadas las mochilas, la cámara, una bolsa con comida y el rifle, en el que se encontraron huellas dactilares del sospechoso. Entre los documentos que se le incautaron, estaba su pasaporte, un permiso de conducir expedido en Hawái y una nota escrita a mano con lugares y fechas donde estaba previsto que se encontrase Trump entre agosto y octubre de este año.
También tenía un cuaderno con nombres y datos de contacto de personas relacionadas con la guerra en Ucrania, un asunto que le obsesionaba. Routh había llegado a viajar a Kiev para tratar de reclutar voluntarios que luchasen del lado ucraniano y se había mostrado muy activo en Estados Unidos en defensa de la causa.
La policía también encontró en el vehículo 12 pares de guantes y seis teléfonos móviles. En uno de ellos se había buscado en Google cómo poder viajar desde Palm Beach a México.
Mientras avanza la investigación, el sospechoso quedó imputado por posesión ilegal de arma de fuego y manipulación de la misma para borrar su número de registro. El primer cargo puede acarrearle hasta 15 años de cárcel.
El documento judicial precisa que tres días más tarde de la detención de Routh, un conocido suyo entregó a las autoridades una caja que el imputado le había dejado meses atrás, cerrada. Una vez abierta, se vio que la caja contenía, entre otras cosas, municiones, material de construcción y varias notas manuscritas, incluida la carta al mundo.
En ella, Routh calificó a Trump de “no apto” para ocupar la presidencia de Estados Unidos. “Los presidentes estadounidenses deben, como mínimo, encarnar el tejido moral de Estados Unidos y ser buenas personas, preocupadas por los demás y desinteresadas, y defender siempre la causa de la humanidad. Trump no consigue entender nada de eso”.
El sospechoso contaba con un amplio historial de encontronazos con la justicia y la policía, incluida la posesión de bienes robados. En 2002 fue imputado en Greenboro, en Carolina del Norte, de donde es originario, por posesión de un arma, un “explosivo binario con un detonador de 25 centímetros”, capaz de causar muerte masiva y destrucción. Fue declarado culpable y quedó en libertad bajo supervisión durante cinco años.
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