Tenía varios meses leyendo detenidamente el time line y el blog de Yusnaby Pérez cuando decidí intentar conversar con él. Se trata de un joven bloguero que a diario documenta con fotografías la realidad del cubano de a pie, luego de 56 años de revolución. Bien reza el dicho que “una imagen vale más que mil palabras”, pero en su caso, las imágenes van acompañadas de breves comentarios que dejan sin aliento a más de uno.
Luego de haber recorrido yo misma “La Habana sin tacones”, y saber cómo se bate el cobre allá, es mucha la admiración que siento por jóvenes como él que lo desafían todo para luchar por la libertad y los derechos fundamentales. Yusnaby tiene 26 años y es ingeniero en telecomunicaciones. Tiene un celular en roaming que su familia exilada en España le ayuda a mantener, y que es la única forma en la cual puede actualizar minuto a minuto sus redes sociales e informar al mundo lo que ocurre en la isla donde vive. Ya le han acusado de estar al servicio de la CIA, e incluso de no vivir en la isla y hasta de ser un fantasma; pero no, aquí les dejo su fotografía.
Aunque sus números van en aumento permanentemente, un corte de sus cuentas a esta fecha indica que tiene casi 225.000 seguidores en twitter, 40.000 en Facebook, 41.000 en Instagram, casi 2.000 en Youtube, y alrededor de 100.000 visitas mensuales a su blog yusnaby.com
-¿Desde cuándo tienes el blog y como te las arreglas para actualizarlo?
-Abrí mi blog hace dos años. Fue mi necesidad humana ante tanta censura, desinformación y control mediático del Partido Comunista de Cuba en la opinión popular. Lo abrí con el objetivo de mostrarle al mundo la realidad de Cuba y resaltar cada uno de los mitos (educación, salud, calidad de vida, vivienda, derechos, democracia) que la dictadura ha enarbolado como bandera. Mi blog se mantiene solo; cuenta con publicidad que genera fondos para cubrir los costos del mismo.
-¿Cómo comenzó tu activismo, cuál fue el detonante?
– Mi activismo comenzó en un momento clave de mi vida. Llegaba de viaje a Cuba luego de una temporada por Suiza, lugar donde abrí los ojos, viví libre y me desintoxiqué de todo el adoctrinamiento que recibí en mi país desde el día que nací. Cuando arribé a La Habana sentí la extrema necesidad de expresarme, de gritar, de hacer algo por mi país. Desde que puse un pie fuera el avión me di cuenta que mi vida en Cuba no iba a ser igual que antes. Así abrí mi Twitter y luego mi blog. A pesar de que pocos cubanos me leen, producto de la censura y las prohibiciones de internet en Cuba, encontré un público potencial inesperado: el venezolano. Me sorprendí al ver el paralelismo que existía entre Cuba y Venezuela. Mucha gente comenzó a ver en mis tuits y textos, el futuro a corto plazo que le venía a Venezuela. Mucha gente dijo que yo predigo el futuro de los venezolanos y no es así, yo simplemente he vivido mucho más tiempo en la dictadura cubana y conozco bien la estrategia que usan para manipular pueblos y cortar libertades. Intento cada día aportar mi granito de arena para que los venezolanos y latinoamericanos en general vean de forma sencilla sin pasiones ni manipulación, lo que ocurriría en un país si adoptaran un sistema como el cubano.
-¿De qué vives? ¿cuál es el sueldo promedio mensual en Cuba?
– Trabajo para varios medios de prensa fuera de Cuba, incluso no existiendo una ley de prensa aquí que ampare esta actividad. El cubano promedio cobra un sueldo medio mensual de 18 dólares. Muchos se preguntan ¿por qué el pueblo cubano no muere de hambre con tales salarios? La respuesta es sencilla: el dinero que envían los cubanos emigrados evita que muchas familias vivan en la miseria extrema. Según The Havana Consulting Group, en 2013, solamente desde Estados Unidos se enviaron a la isla más de 3.500 millones de dólares en remesas. Gracias a ésos que hace décadas eran gusanos y contrarrevolucionarios, hoy sobrevive el país.
-El cubano de hoy, ¿tiene más o menos miedo que hace 40 años?
-El cubano no tiene miedo. Muchos son capaces de agarrar cuatro tablas y una cámara de tractor inflada y lanzarse al mar en busca de la libertad arriesgando la vida. El cubano está desconectado, desinformado y desconoce, en su mayoría, los derechos básicos y los fundamentos de una democracia. La propaganda oficialista por cinco décadas ha creado un hombre nuevo anulado socialmente que al ver el costo/beneficio de expresarse libremente y exigir un cambio, prefiere emigrar y hacer vida en el destierro. Hoy en día la juventud no tiene nada que agradecerle a la Revolución de Castro; no existen vínculos ni compromisos. La mayoría de los mandatarios que controlan el país son octogenarios y aplican gran resistencia a la apertura tecnológica. El joven de hoy está en huelga de brazos caídos: no lucha contra la dictadura pero tampoco la defiende.
-¿Cómo analizas el tema del bloqueo?
-El embargo norteamericano ha sido una estrategia para acabar con el Gobierno comunista no democrático en Cuba. Su política es bastante obsoleta y no ha contado con el respaldo de otros gobiernos. Sin embargo, el cubano de a pie no lo sufre. Las restricciones y limitaciones que tenemos en la isla son producto del bloqueo interno que impone el Gobierno a la nación. Como cubano tengo prohibido importar, exportar, abrir una empresa o fábrica, producir, competir. La ineficiencia del régimen se ha maquillado por décadas con la existencia del embargo y a su vez, le ha servido a Castro para justificar todas las violaciones de Derechos Humanos que constantemente ocurren en la isla.
-¿Qué opinas de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba?
– El restablecimiento de las relaciones diplomáticas CUBA-EEUU trae dos potenciales cambios en la dinámica cubana. En primer lugar, el fin de la hostilidad norteamericana hacia la isla acaba con el libreto acartonado del “enemigo histórico” culpable de todos los desaciertos de la política interna de Cuba; además, después de 56 años, el pueblo cubano y el norteamericano estarán cara a cara, sin intermediarios ni propaganda mediática y como consecuencia, esto traerá la ruptura de disímiles mitos de nuestras sociedades. El cubano verá que el estadounidense es una persona normal, con problemas, esperanzas, aspiraciones en la vida y no el colonizador que quiere desterrarnos de nuestra isla. Después de las palabras y acciones recientes de Obama, varias décadas de discurso y propaganda comunista en la isla se desvanecieron. El segundo cambio importante, es que al restablecer las relaciones entre ambas naciones, muchos gobiernos democráticos de Iberoamérica podrán canalizar de una forma más viable el apoyo a la oposición y sociedad civil cubana, quienes deberán exigir internamente sus derechos. En un futuro a corto plazo, cambios económicos y políticos no serán percibidos por el pueblo cubano. El embargo norteamericano hacia Cuba puede acabar, pero el bloqueo del Gobierno de Cuba a los cubanos sigue en pie tan hiriente como siempre. El régimen de Castro, por citar algunos ejemplos, prohíbe al ciudadano cubano (por el simple hecho de ser cubano pues estas restricciones no aplican para extranjeros residentes en Cuba) el acceso a internet en domicilios y teléfonos celulares, la contratación de servicios de televisión por cable, importación y exportación de bienes con fines de lucro, la participación directa en la mediana y gran economía del país. Recientemente salió una resolución del Ministerio de Trabajo donde establecen un impuesto del 92% al salario del trabajador cubano que trabaje para una empresa extranjera en Cuba. La explotación odiosa del Gobierno al trabajador está llegando a niveles extremos que incluso ponen en duda las teorías socialistas-comunistas-marxistas que el régimen ha empleado por décadas para guiar su política. Pero sin dudas, Castro y su equipo están entrando en un terreno inexplorado; se están viendo obligados a negociar en temas de presos políticos, derechos humanos, derecho internacional, democracia. También la sociedad civil y oposición se está viendo con más recursos, argumentos y quizá apoyo internacional para enfatizar su lucha por la democracia. El cubano de a pie ha tomado estas novedades con incertidumbre repitiendo una y otra vez el famoso dicho popular cubano “agáchate que viene la galleta“, lo cual significa que hay que mantenernos alerta que en cualquier momento viene el golpe.
–¿Y qué dice la gente en la calle? ¿Cuál ha sido su reacción?
–Se nota mucha incertidumbre. La gente lleva mucho tiempo esperando este acercamiento. Sin embargo, el régimen de Castro no ha concedido ningún tipo de apertura en temas de libertad de expresión, derechos, etc. Hace algunos días, Tania Bruguera, artista plástica cubana, intentó hacer un performance en La Plaza donde todos los cubanos que fueran se pudiesen expresar libremente. El acto, horas antes de su realización, fue reprimido por las autoridades y encarcelaron a su organizadora y fueron a buscar a la casa para evitar que fueran a los posibles participantes (disidentes, activistas, periodistas independientes y miembros de la sociedad civil). Cuando el pueblo cubano ve este tipo de acciones, incluso en medio del momento histórico donde Estados Unidos se está abriendo a Cuba, se decepciona. El régimen prefirió el coste político de la represión antes de tener a un grupo de personas hablando libremente en un lugar público. También la desinformación genera muchas especulaciones y más en el pueblo cubano que lleva más de 56 años desconectados de la realidad del mundo
-A todas éstas, ¿dónde está Fidel Castro?
– Existen fuertes rumores de que Fidel Castro está muerto. Aún no hay nada confirmado, pero todo parece indicar que ya no vive o su mente ya no está clara. Recientemente arribaron a la isla los tres espías que estaban presos en Estados Unidos. El Gobierno cubano por 15 años ha mantenido una propaganda nacional e internacional muy fuerte para la liberación de ellos. Al regresar a Cuba en diciembre, no se tomaron ni una sola foto con Fidel Castro; ni siquiera apareció el día primero de enero, Aniversario del Triunfo de la Revolución, la típica foto de Fidel Castro sujetando el periódico Granma para demostrar que la revolución sigue en pie y que el Gran Líder aún nos vigila. Además, es un momento histórico de restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos y ni siquiera ha publicado una de sus frecuentes reflexiones.
-¿Qué ha representado Venezuela para los cubanos en los últimos 10 años?
– Venezuela para el cubano de a pie ha sido la salvación a la crisis que sufrimos en los noventa. Al derrumbarse el campo socialista, Cuba vio que no había invertido en el desarrollo de la industria y en ser autosuficiente económicamente. La política parasitaria concluyó en una situación extrema sin opciones. No había electricidad, combustible, comida, productos de aseo. Al llegar Chávez disminuyeron los apagones, aunque la escasez sigue vigente. En los inicios del chavismo en Venezuela, muchos médicos y profesionales cubanos se esperanzaron con las misiones internacionales como una vía para ganar dinero y traer artículos necesarios para la familia (ropa, zapatos, electrodomésticos). Sin embargo, hoy es uno de los destinos menos deseados por las brigadas internacionalistas. Hoy prefieren Brasil o África, donde el sueldo es mejor y no hay tanta violencia. Hace unos años, la imagen que el cubano tenía del venezolano era “un enfermo, mayormente en silla de ruedas vestido de rojo”. Hoy eso va cambiando, ya no vienen tantos enfermos; la mayoría viene ahora a sacar dólares de la tarjeta y llevarlos para Venezuela. Es muy común escuchar a los cubanos decir: “Los venezolanos debieron hablar con nosotros antes de votar por Chávez”. Fuera de toda la política absorbente y polarizada, el cubano siente un especial cariño y aprecio por el venezolano.
Para ilustrar esta nota, pedimos a Yusnaby una fotografía que aún no hubiera publicado. Nos envía una bien elocuente del estado de las calles y edificios en el centro de la ciudad.
Toma fotos a diario, y las sube a las redes con comentarios audaces, lapidarios, tan conmovedores como las imágenes que revela. “Ahí está, en cada rincón su imagen (refiriéndose a Fidel Castro), para recordar a quién debemos tanta felicidad”, reza uno de ellos.
-En Venezuela muchos jóvenes han comenzado a emigrar. ¿Has pensado en hacerlo tú?
– La emigración ha sido la mayor válvula de escape de la dictadura cubana. De hecho, cuando no estás de acuerdo con el Gobierno y lo dices, la primera respuesta que te dan es “¡pues entonces vete!“. Respeto mucho a quienes han tomado la decisión de emigrar, yo no la descarto, pero mientras pueda estar en la isla, hacer algo por mi país y sienta que mi vida y la de mi familia no corra peligro, aquí estaré.
-¿Cómo es que la mayoría tiene dificultades para salir de la isla y tú entras y sales, haces denuncias y no has tenido problemas con el Gobierno?.
-La razón por la que no he tenido problemas por tanto tiempo en Cuba es porque las autoridades desconocían mi verdadera identidad. Pensaban que yo no existía o que vivía fuera de Cuba. Esto pudo mantenerme en una situación privilegiada para denunciar y que no me reprimieran. Ésa fue mi protección por dos años, lo cual es un récord. Desde el momento en que mi identidad salió a la luz, esta situación ha cambiado. Desde hace un par de meses, he comenzado a recibir amenazas y difamaciones sobre mi familia y mi persona provenientes de los aparatos de la inteligencia cubana como por ejemplo, la publicación en redes sociales de la foto que las autoridades migratorias cubanas me hacen en el control de salida del aeropuerto internacional, un archivo imposible de obtener sin la aprobación del Gobierno. Los cubanos, en su gran mayoría, tienen importantes restricciones para salir de Cuba. Aunque luego de la reforma migratoria del 2013 donde el régimen nos devolvió el derecho de poder salir de Cuba sin pedirle permiso, los países de destino le exigen al cubano una visa muy difícil de conseguir. El cubano es un potencial emigrante. Cuando un ciudadano cubano va a un consulado cualquiera en La Habana para pedir una visa y muestra una carta diciendo que su sueldo es 18 dólares al mes, es extremadamente difícil conseguir el visado. Incluso Venezuela, en teoría país hermano, pone una serie requisitos bien difíciles a los cubanos para obtener un visado de turista.
-¿Estudiaste fotografía?
-No estudié fotografía. La Habana es muy fotogénica; no se necesita de una técnica profesional para captar los desastres y destrozos que ha ocasionado la revolución todo este tiempo. Sólo es necesario caminar un poco por la ciudad para tomar fotos idénticas a las que publico. Me apasionan mucho los rostros de la gente que expresa lo que sienten en ese momento. Así vive el cubano, expresando cada día lo que siente sin decir una sola palabra
–¿Has tenido problemas por difundir esas fotos de la cotidianeidad cubana con esos comentarios?
– Hasta el momento no, pero la presión psicológica va en aumento, y aunque no soy miedoso, temo por la estabilidad emocional de mi familia.
–¿Cuántos Yusnaby y Yoani Sánchez hay en Cuba?
– Yoani Sánchez como bloguera ha abierto un camino, fue la primera que abrió un blog, se expresó libremente y puso el spotlight del mundo en Cuba. Su trabajo ha sido bien difícil; no todo el mundo es capaz de resistir la presión psicológica que imponen los grupos represivos de la Policía secreta hacia tu persona y familia cuando te expresas políticamente de forma no favorable al Gobierno. Ella ha sido una fuente de inspiración para muchos cubanos que han decidido abrir un blog y generar el tan necesitado debate entre cubanos. Hoy somos muchos, lo que no existen son las condiciones técnicas para que el mundo los escuche. Internet en Cuba es prohibido en domicilios y celulares. En las salas de conectividad habilitadas por el Gobierno es muy costoso su acceso. Muchos jóvenes están deseando un cambio, y aparte de la autocensura que ya es congénita, sus voces no son escuchadas debido a la inexistencia de medios libres con difusión masiva en la isla.
Vale la pena comentar que el precio por una hora de conectividad a internet en los centros permitidos por el Gobierno cubano es de aproximadamente cinco dólares (4,50 CUC, peso convertible cubano o moneda dura, como prefieren llamarla algunos para diferenciarla del peso, que es la moneda con la que el gobierno paga los sueldos y salarios). En todo caso, para un maestro por ejemplo, conectarse a internet le significa gastar el 50% de su salario mensual.
-¿Cómo pasaste las navidades?
– Las navidades en Cuba son muy tristes. Fueron prohibidas por muchísimos años. Mi familia tenía que esconder el árbol navideño y no se podía decir feliz navidad. El régimen comunista de la isla anuló todos credos y creencias; festejar la navidad era tomado como “desviación política” y quien lo hacía era excluido y marginado socialmente; incluso ir a la iglesia o bautizar a tu hijo podía tener represalias.
Ha sido una navidad sin esperanza, sin luz al final del túnel. Mis abuelos han esperado toda su vida por un cambio para mejor en Cuba. Cada año esperanzados pensaban que el próximo sería mejor, y así sucesivamente por cinco décadas. Hoy han perdido toda la vida esperando por ese cambio prometido. La raíz de la Revolución se convirtió en cadenas. Sin embargo, el cubano ha aprendido a nadar en la tempestad. A pesar de las miles de limitaciones, muchas familias reunieron todo el año para al menos poder comer en estas fechas una pierna de cerdo en familia, y aquí vemos el verdadero valor de la Navidad: sacrificio genuino, unificación familiar y amor aún en la escasez.
-¿Cuál es tu mensaje para el pueblo venezolano?
– Quiero enviar toda mi solidaridad al pueblo venezolano. Desearía decirle que no se acostumbren, que no se hagan parte de la ola que nos anula como personas y nos convierte en objeto político. Es necesario que luche el pueblo venezolano por la reconciliación familiar y que los emigrados no se olviden de Venezuela. Ustedes, sólo ustedes, son responsables del destino de su Nación. Ni Obama ni nadie va a ir a ayudarles. No esperen mirando a lo lejos (como el pueblo cubano) porque al final encontrarán un país destruido, consumido e incluso despojado de los derechos más básicos necesarios para reconstruirlo. No se peleen entre ustedes, no sean títeres del odio que el régimen emana. Respeten a quien piensa distinto y apoyen con todas sus fuerzas el inherente derecho a la libertad. Ustedes son gente de gran corazón y me han apoyado siempre. ¡Gracias!
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