Los inmigrantes, aunque se han mostrado decididos a «seguir la lucha» ante este retraso «temporal», saben que deberán posponer de nuevo sus planes de estudios, viajes y trabajo.
«He esperado 25 años, seis meses se van volando. Aunque no lo justifica, sé que esto es un acto, no político, sino personal de personas que no quieren nada que ver con inmigrantes llámese odio o racismo», dijo hoy a Efe un artista peruano indocumentado de 38 años que prefirió mantenerse en el anonimato.
Este inmigrante tenía listos los papeles para procesar la ampliación de la Acción Diferida (DACA), que entraba hoy en vigor como parte de las medidas unilaterales que tomó en noviembre pasado Obama ante los desacuerdos políticos que tienen estancada una reforma migratoria integral en el Congreso.
«Estoy positivo de que esto se va a dar», aseguró el indocumentado, quien espera establecer un negocio de arte para el cual ya tiene socios comerciales. «Hay que ser valientes porque no queda otra opción que esperar», agregó.
Aparte de la ampliación de DACA, el fallo detuvo hoy los planes de padres de ciudadanos estadounidenses o hijos con estatus legal permanente que también pueden beneficiarse temporalmente de los decretos de Obama bajo el programa conocido como DAPA.
La cofundadora del grupo proinmigrantes United Families, María Bilbao, explicó hoy a Efe que preparaba un «permiso especial» para que su esposo viajara a Argentina a hacerse «con urgencia» una operación ante la falta de seguro médico en Estados Unidos.
«Fue cruel, sabía que esto se venía, pero uno no lo termina de digerir hasta que pasa. A mí me pegó bien duro, porque mi esposo tiene una artrosis degenerativa», aseveró Bilbao sobre la suspensión temporal del alivio migratorio.
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