El legendario Madison Square Garden, de Nueva York, fue el escenario ideal en el que el base titular de los Thunder de Oklahoma City, Russell Westbrook, se consagró como gran figura al aportar 41 puntos, incluidos 27 en la primera parte, y ser el líder encestador que guió al Oeste a conseguir la victoria.
Una anotación que le dejó a un solo punto de empatar la marca en poder del legendario Wilt Chamberlain (42), que estableció en el Partido de las Estrellas de 1962, en San Luis (Misuri), pero superó los 40, que otra leyenda, Michael Jordan, anotó en el de 1988.
Westbrook sí logró la mejor marca en una mitad de Partido de las Estrellas con los 27 tantos que encestó en la primera, tres mas de los 24 que habían logrado Glen Rice (1997) y Kyrie Irving (2014).
Tampoco entraba en las quinielas como candidato al premio de Jugador Más Valioso (MVP), pero lo ganó con todos los honores, y merecimiento, aunque el escolta de los Rockets de Houston, James Harden, también hizo méritos al aportar 29 puntos, incluidos siete triples, de los 25 que anotó su equipo en 65 intentos, y dio la ventaja definitiva al equipo a falta de cinco minutos del final.
Mientras que el base Stephen Curry, de los Warriors de Golden State, fue el que puso la magia en el toque y pase de balón al protagonizar las jugadas más vistosas y emocionantes de un partido que tuvo de todo menos buen baloncesto.
Solamente hubo estrategia en los dos saltos de balón que se hicieron durante el partido.
El inicial, que fue histórico con los pivotes españoles Pau y Marc Gasol, primera vez que dos hermanos lo hacían como titulares y rivales, y el del inicio de la segunda parte, luego todo se convirtió en barra libre para que las estrellas se divirtiesen al máximo y los amantes al buen baloncesto bostezaran permanentemente.
Aunque la acción de los hermanos Gasol en el salto inicial de balón fue la foto histórica y memorable que dejó el Partido de las Estrellas en el Madison Square Garden, con el baloncesto español de gran protagonista.
Pau, el ala-pívot estrella de los Bulls de Chicago, ganó el salto y tuvo mejor actuación que Marc, el pívot de los Grizzlies de Memphis, al prolongar su racha de 15 partidos consecutivos con doble-doble tras aportar 10 puntos y 12 rebotes.
Mientras que Marc, que comenzó explosivo al anotar seis puntos en el primer cuarto, luego ya no consiguió más, aunque sí tuvo protagonismo dentro de la pintura al capturar 10 rebotes y al final también disfrutó con la victoria del Oeste, por lo que hubo reparto de triunfos entre ambos, como buenos hermanos.
El Oeste, con el cuarto triunfo en los últimos Partidos de las Estrellas, llegaba a los 27 en la serie global, que sigue siendo favorable al Este (37), pero desde el año 2000 ha ganado seis en 16 encuentros.
Estuvieron cerca las estrellas del Este, a falta de dos segundos Pau Gasol anotaba la canasta que ponía el parcial de 158-161, pero Westbrook no falló desde la línea de personal y ahí también comenzó su reinado de MVP.
Mientras que el alero LeBron James, de los Cavaliers de Cleveland, que siempre aprovecha el gran escenario que continua siendo el Madison Square Garden, se quedó sin lo que hubiese sido su tercer premio de MVP, en una noche en la que tuvo otros logros individuales al superar a Jordan como segundo máximo encestador.
James lideró la Conferencia Este con 30 puntos y llegó a los 278 en 11 Partidos de las Estrellas, sobrepasando los 263 que «Air Jordan» logró en 13 participaciones que tuvo.
«Westbrook es uno de los jugadores más talentosos que hay dentro del baloncesto, algo que demuestra en cada partido y por lo tanto no creo que tenga que decir nada más, su clase habla por si misma», declaró James. «Siempre que juego ante los aficionados de Nueva York es algo muy especial».
James ahora tendrá que esperar hasta el 2016 cuando se realice el próximo Juego de Estrellas, en Toronto (Canadá), el Día de San Valentín, para entonces, si no está lesionado, su meta será superar los 280 puntos conseguidos por Kobe Bryant y arrebatarle la marca de máximo encestador.
Junto a James, también estuvo el único jugador latinoamericano, el pívot dominicano Al Horford, que hizo historia al formar parte de los cuatro que aportó su equipo, de los Hawks de Atlanta, con el base Jeff Teague, el ala-pívot Paul Millsap y el escolta Kyle Korver.
Todos ellos dirigidos por su propio entrenador en el equipo de Atlanta, Mike Budenholzer, que hizo que los cuatro pudiesen estar juntos en el partido.
Mientras que el equipo del Oeste tuvo en el banquillo al entrenador novato Steve Kerr, de los Warriors, que confirmó que ha llegado para quedarse muchos años y hacer historia, como ya lo es la celebración de la 64 edición del Fin de Semana de las Estrellas.EFE
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