El canciller de México, Marcelo Ebrard, dijo este lunes que su país dará asilo político a Evo Morales, quien renunció el domingo a la presidencia de Bolivia en medio de protestas masivas y de la presión de las Fuerzas Armadas que le exigieron dejar el cargo para garantizar la estabilidad de la nación.
«Les informo que hace unos momentos recibí una llamada del presidente Evo Morales, mediante la cual respondió a nuestra invitación y solicitó formal y verbalmente asilo político en nuestro país. En términos de la legislación vigente (…) la cancillería mexicana ha decidido conceder asilo político al señor Evo Morales por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia, en donde su vida e integridad corren riesgo», dijo el ministro de Relaciones Exteriores en una alocución en la que no se permitieron las preguntas de la prensa. En ella informó además que dará a conocer la decisión al Senado.
Este lunes, el país entró en un vacío de poder, no solo por la renuncia de Morales, sino también por la de su vicepresidente, Álvaro García Linera, quien debía sustituir temporalmente al presidente tras su dimisión. Continuaron las de la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra; el vicepresidente del Senado, Rubén Medinacelli; y el titular de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, todos oficialistas.
Bajo este escenario, la segunda vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, sería quien asumiría temporalmente la presidencia de Bolivia. Este lunes, ella llamó a una sesión extraordinaria para el martes justo para debatir sobre los siguientes pasos tras la salida de Morales del poder.
La tarde de este lunes, centenares de partidarios de Morales avanzaron desde El Alto —bastión del exmandatario— hacia La Paz. Al mismo tiempo, el expresidente Carlos Mesa denunciaba en su cuenta de Twitter que una «turba violenta se dirige a mi domicilio para destruirlo», escribió, y solicitó el apoyo de la Policía Nacional. Mientras, los pocos comercios que abrieron sus puertas se apresuraban a cerrarlas, cuenta la agencia AFP.
Dado el volumen de la protesta en las calles, el jefe de la Policía de La Paz pidió este lunes ayuda de las Fuerzas Armadas para frenar la violencia que se vive en la ciudad dado que su capacidad operativa fue superada, además porque varios de sus cuarteles fueron saqueados y quemados. «Al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (le pido) que intervenga: mi general Williams Kaliman, le solicito que intervenga, porque ya la policía boliviana ha sido rebasada», afirmó el jefe de ese cuerpo, el coronel José Barrenechea.
La respuesta de Kaliman fue inmediata: ordenó que los militares trabajaran en operaciones conjuntas con la policía para detener a los «grupos vandálicos».
Al anunciar su dimisión en un mensaje televisado durante el fin de semana, Morales denunció que su salida era consecuencia de un «golpe de Estado» que, aseguró, había denunciado desde el pasado 21 de octubre, justo un día después de los polémicos comicios. Al finalizar, dijo que volvería a sus bases, en el Chapare, donde lideró el sindicato cocalero que le permitió dar el salto a la política. Sin embargo, desde entonces se especulaba sobre la salida del exmandatario del país.
Morales había anunciado una convocatoria a nuevas elecciones generales justamente presionado por las protestas y luego de que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) recomendó la repetición de los comicios al considerar «estadísticamente improbable» la victoria de Morales sin ir a un balotaje con el liberal Carlos Mesa, quien quedó de segundo en la contienda. Sin embargo, continuó arreciando la indignación en las calles.
Tras las renuncias del fin de semana, muchos salieron a festejar, pero también se registraron saqueos, asaltos y ataques a la propiedad privada, principalmente en La Paz y la ciudad vecina de El Alto. Además, la policía no había podido normalizar el patrullaje desde el inicio de las protestas antigubernamentales hace 20 días.
Morales gobernó Bolivia por 13 años con 9 meses y buscaba un cuarto mandato, pero las denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre desataron semanas de protestas que acabaron en su dimisión definitiva al cargo.
Para tratar la crisis en Bolivia, este martes la OEA convocó a una sesión especial en su sede en Washington. El encuentro fue llamado a petición de Brasil y Canadá.
1/11Manifestantes celebran en La Paz, Bolivia, al conocer la decisión de Evo Morales de abandonar el sillón presidencial. Esto tras una jornada en la que Morales llamó en la mañana a la realización de nuevas elecciones en medio de las persistentes protestas desatadas por el resultado de los comicios del pasado 20 de octubre, en los que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró «inconsistencias». Crédito: LUISA GONZALEZ/REUTERSUnivision
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