La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y su esposo Doug Emhoff sorprendieron este domingo al unirse al Desfile del Orgullo Gay en Washington. «¡Feliz orgullo! Feliz orgullo, todos», gritó Harris, vistiendo una camiseta de «El amor es amor», mientras saludaba a la multitud en la calle 13, no lejos de la Casa Blanca.
Harris abogó por una mejor protección para las personas transgénero en el país en medio de la marcha del orgullo organizada por una organización local: «Tenemos que asegurarnos de que nuestra comunidad transgénero y nuestros jóvenes están protegidos. Todavía necesitamos protecciones relacionadas con el empleo y la vivienda. Hay mucho más trabajo que hacer, y sé que estamos comprometidos», dijo.
Harris expresó que «hay mucho más trabajo por hacer. Y estamos comprometidos y entendemos la importancia de este movimiento «.
La aparición de Harris ocurre luego de que el presidente Joe Biden conmemorara este sábado el quinto aniversario de un tiroteo masivo en un club nocturno gay en Florida, y dio el paso de designar al club como un monumento nacional.
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«En los próximos días, firmaré un proyecto de ley que designa a Pulse Nightclub como un monumento nacional, consagrando en la ley lo que ha sido cierto desde ese terrible día hace cinco años: Pulse Nightclub es un terreno sagrado», dijo el presidente de Estados Unidos en un comunicado emitido como continuó una gira europea.
Esta declaración de Biden se produjo un día después de que dos de sus asesores principales mantuvieran una reunión virtual con líderes homosexuales y lesbianas para conmemorar el aniversario de Pulse y prometer acciones sobre los derechos de los homosexuales y la violencia con armas de fuego.
Los asesores Susan Rice y Cedric Richmond «discutieron los niveles epidémicos de violencia que enfrentan las personas transgénero, especialmente las mujeres transgénero de color, y el impacto de las armas de fuego en la crisis de homicidios anti-transgénero», dijo la Casa Blanca en una declaración separada.
Destacaron el apoyo de Biden a la legislación para poner fin a la discriminación contra las personas LGBTQ, así como su «profundo compromiso de poner fin a la epidemia de salud pública por violencia armada en Estados Unidos».
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