El Fiscal de este condado que engloba la ciudad de Atlanta, envió una carta a Raffensperger y a otras autoridades estatales ordenándoles que preserven todos los documentos relacionados con esa llamada, de acuerdo con NBC News.
La petición está relacionada con una investigación criminal sobre cargos que van desde declaraciones falsas hasta «cualquier participación en violencia o amenazas relacionadas con la administración de las elecciones».
La oficina de Raffensperger confirmó la petición de la fiscal, pero no dio más comentarios sobre el tema.
La apertura de la investigación, que primero fue reportada por el diario The New York Times, coincide con el juicio político que enfrenta Trump en el Senado, acusado de “incitar una insurrección” que derivó en el asalto al Capitolio el 6 de enero de sus seguidores.
Sin embargo, mientras que el Senado como mucho puede prohibirle que se vuelva a presentar a unas elecciones, la investigación criminal puede tener consecuencias mucho más graves para el expresidente.
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A pocos días de que Trump dejara el cargo, hizo una llamada telefónica al secretario de Estado de Georgia, a quien repitió una serie de afirmaciones falsas sobre el fraude electoral. Luego, el expresidente le pidió que «encontrara 11,780 votos». «Es uno más que lo que tenemos, porque ganamos el estado», añadió, según la grabación de la conversación publicada por NBC News.
Trump también sugirió a Raffensperger que, de no intervenir en las elecciones conforme a sus deseos, podría enfrentar consecuencias penales.
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La oficina de Raffensperger confirmó a NBC News que, por su parte, ha iniciado una investigación sobre la llamada, después de recibir una denuncia sobre el comportamiento del expresidente.
El mes pasado, la fiscal Willis dijo que la llamada era “perturbadora”, y que “cualquier persona que cometa una infracción grave de la ley de Georgia en mi jurisdicción será hecha responsable”.
La victoria del presidente, Joe Biden, fue ratificada en Georgia después de tres conteos de las boletas. Primero, se contaron en el día de la elección; luego se hizo un recuento a mano bajo la orden del estado, y por último se realizó otro con máquinas bajo petición de la campaña de Trump. En todos hubo un mismo perdedor: Trump.
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