El teniente coronel de la Guardia Nacional Bolivariana Eduardo Gámez Flores fue denunciado por la compra ilegal de oro y diamantes, llevada adelante con dinero proveniente de empresas públicas venezolanas.
Gámez Florez es el tercer sobrino de Cilia Flores, esposa de Nicolás Maduro, vinculado a actividades ilícitas. El año pasado, otros dos sobrinos de la primera dama de Venezuela fueron condenados por narcotráfico en Estados Unidos.
De acuerdo a lo que consigna el periódico español ABC, la denuncia fue realizada por quien asegura haber sido testigo directo de las operaciones, el primer teniente Jesús Curvelo, quien se fue del país ante evidencias de que su vida corría peligro.
En un escrito dirigido a la Asamblea Nacional de Venezuela, Curvelo ubica a Gámez Flores en una red dirigida por dos altos mandos del Ejército retirados, el general Francisco Rangel Gómez, gobernador del estado Bolívar; y por su comisionado especial para el sur del estado, donde se concentra la mayor parte de la actividad de minería ilegal de oro y diamantes, el también general Julio César Fuentes Manzulli.
El diario afirma que la denuncia apunta a Fuentes Manzulli -de quien el denunciante Curvelo fue ayudante durante 14 años- como el responsable directo de la entrega de armas a bandas criminales que se encargan de la extorsión y la violencia en la zona. También habría hecho encargos de sicariatos. Curvelo afirmó que, para encubrir la entrega de armas, éstas eran declaradas como robadas.
El rol de Gámez Flores en la red ilícita
El sobrino de Cilia Flores y Nicolás Maduro habría sido el enlace directo con los oficiales del Área de Defensa Integral Guayana -que incluye el estado Bolívar- y se habría implicado en la compra de oro y diamantes utilizando dinero en efectivo proveniente de empresas públicas.
La información señala que para las transacciones contó con un colaborador, conocido como «Toti», con el que varias veces se reunió el denunciante.
ABC señala que la red contaría con apoyos en la cúpula militar y que Fuentes Manzulli mantiene estrechas relaciones con el comandante general del Ejército, Jesús García Toussaintt, ambos de la promoción de 1985, conocida como «Los centauros de Chávez».
Otros miembros de esa promoción habrían cooperado en las acciones criminales y de corrupción promovidas por los acusados, como sería el caso de los generales Efraín Velasco Lugo y Julio César Morales Prieto.
El arresto de Jesús Curvelo y el riesgo de perder su vida
Curvelo narró que fue detenido en octubre de 2015 durante una misión que le encargó Fuentes Manzulli. Mientras transportaba cajas conteniendo 33 millones de bolívares en efectivo, desde Ciudad Bolívar a Tumeremo, Curvelo resultó interceptado por un mando ajeno a la operación, que pedía participar en los beneficios.
La carga viajaba en un vehículo oficial pero sin placas. El dinero provenía de entidades públicas, como Pdval, Mercal, Bicentenario y Gas Comunal, y se iba a emplear en la compra de oro.
Curvelo cree que Fuentes Manzulli dio órdenes para que lo asesinaran en la prisión. A pesar de ser militar activo, fue encerrado en una estrecha celda con 20 delincuentes comunes. Uno de ellos le aseguró haber recibido el encargo de matarlo, pero no quiso cumplir el cometido.
Cuando ese preso fue liberado, resultó acribillado desde un vehículo que Curvelo cree que pertenecía a la gobernación del estado Bolívar.
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