Una de las que generó mayor alegría fue el incremento del límite máximo de envío de remesas, cuyo monto tradicional era de 500 dólares y con la reciente aprobación puede alcanzar los 2.000 dólares cada tres meses.
Bárbara Maure se sorprendió al conocer la noticia, minutos después de que despachó dinero para su madre en la isla. “Eso es tremenda noticia, todo lo que sea una mejora para mi país y para mi comunidad acá es muy bueno”, expresó al salir de una agencia de envíos y viajes ubicada en Westchester.
Maure vive en EEUU hace 18 años y junto a su esposo mantienen a sus dos hijos. Sin embargo, es la única hija de su madre y se esmera porque pueda tener mayores comodidades.
“Yo a mi mamá no le mando tanto dinero pero otros si podrán aprovechar ese aumento, además que nosotros no tenemos que pagar por los males del régimen así que creo que esta medida es una delicia”, opinó.
Otros de los cambios que entrarán en vigor es el uso de tarjetas de crédito estadounidenses en Cuba, una modificación que también representa una ventaja para algunos viajeros que no dejan de visitar eventualmente su tierra natal. Al menos eso dijo Aracelis Lavadier antes de montarse en un autobús en la Calle 8. “No sabes lo que me contenta que eso sea aprobado, así podré usarlas cuando vaya a ver a mi gente, creo que de verdad estamos mejorando y mucho”, apuntó.
El Departamento del Tesoro contempla además permitir el envío de teléfonos celulares, televisores y computadoras. Al respecto, Lavadier asegura que eso no es novedad pues anteriormente ha podido enviar estos aparatos. Sin embargo, la restricción regulaba las cantidades de productos y las autoridades no impedían el ingreso a Cuba de este tipo de equipos al detal.
Por su parte, Magaly López coincidía con su amiga Lavadier en el alivió de las medidas. Bromeó con poder alcanzar el límite máximo de remesas autorizado, pues “ahora nos hace falta los dólares para mandar”. A su juicio es necesario revisar el precio de los pasajes de avión y las tarifas de envíos de encomiendas. «Creo que eso está muy caro y allí nos vamos a beneficiar los que estamos fuera de mi país”, comentó.
Pese a lo que pareciera una felicidad colectiva, hay quienes aún muestran resistencia en las medidas que replantean las relaciones bilaterales. Por ejemplo, Sonia Mayet, quien tiene tres meses viviendo en Miami, “acabo de llegar a esta ciudad, después de pasar los últimos 15 años en España y estoy segura de que esto no va a cambiar nada lo que ha pasado durante el Gobierno de los Castro”.
Insistió en que el Gobierno de Cuba no ha mostrado señales de cambios para la población, “esos gobernantes no van a ceder, no creo que ayuden para nada estas medidas”.
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