El presidente de EEUU, Barack Obama, no planea devolver a Cuba el territorio ocupado por una base naval estadounidense en Guantánamo aunque logre su objetivo de cerrar la prisión establecida allí, según dijo este jueves su portavoz, Josh Earnest.
Durante su intervención ayer ante la cumbre de la Celac en Costa Rica, el presidente de Cuba, Raúl Castro, mencionó la devolución de Guantánamo como uno de los asuntos pendientes de resolver en el proceso abierto para la normalización de relaciones con Estados Unidos.
Pero Earnest comentó en su rueda de prensa diaria que el Gobierno de EEUU planea «conservar» el territorio que ocupa en Guantánamo.
A la pregunta de si Estados Unidos devolverá ese territorio a Cuba si se cierra la cárcel de Guantánamo, Earnest respondió que «no» y a continuación detalló que no hay ninguna conversación bilateral al respecto.
Esa prisión tiene que ser clausurada, pero «la base naval no es algo que debería cerrarse», precisó el portavoz de la Casa Blanca.
La reivindicación de Cuba sobra el territorio de Guantánamo no será recogida en las declaraciones finales de la III cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se celebra en Costa Rica, confirmaron hoy a Efe fuentes oficiales.
La Celac sí pedirá a Estados Unidos que cese su bloqueo económico a Cuba y que saque a la isla de la lista de países que promueven el terrorismo internacional, en la línea de las demandas expresadas ayer por Raúl Castro.
Por otro lado, Earnest también descartó hoy que Obama vaya a dar marcha atrás en su política de apertura hacia Cuba a raíz de esas demandas de Castro.
El portavoz admitió que existe «una amplia variedad de diferencias» entre EEUU y Cuba, y citó entre ellas la preocupación de Washington por el tratamiento del régimen a los disidentes en la isla.
Pero, a continuación, reiteró que el «aislamiento» aplicado a Cuba durante más de medio siglo no ha funcionado y que, tras el acuerdo para normalizar las relaciones bilaterales, se ha producido «un pequeño progreso» con la liberación en la isla de más de medio centenar de presos políticos.
«Es un pequeño paso, y solo el primero en un viaje muy largo, pero refleja progreso», comentó Earnest.
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