«Los S-300 ya no se fabrican. Hemos ofrecido a Irán los Antei-2500. Lo están pensando. Aún no se ha tomado una decisión», aseguró este lunes Serguéi Chemezov, presidente del consorcio estatal Rosteja, a la prensa local.
Chemezov, quien hizo estas declaraciones en Abu Dhabi (Emiratos Árabes), explicó que los Antei-2500 «son una versión modificada de los S-300», que Rusia debería haber suministrado a Teherán en virtud de un contrato firmado en 2007.
Al igual que los S-300, los Antei-2500 están destinados al transporte y lanzamiento de misiles para interceptar objetivos como helicópteros, aviones de combate, aviones de vigilancia y diferentes proyectiles y cohetes.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ya abordó este asunto con su homólogo iraní, Hasan Rohani, pero el Kremlin pone como condición que Teherán retire la demanda interpuesta contra Moscú por la cancelación en 2010 del contrato de los S-300.
El gobierno persa interpuso una querella ante el Tribunal de Arbitraje de Ginebra por 4.000 millones de dólares después de que el entonces presidente ruso, Dimitri Medvedev, suspendiera hace tres años esa operación en aplicación de una resolución de la ONU que restringe el suministro de armas convencionales al régimen iraní.
Recientemente, los ministros de Defensa de Irán, Hosein Dehgan, y Rusia, Serguei Shoigu, firmaron en la capital iraní un acuerdo de cooperación militar para la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo.
Durante la visita de Shoigu, la primera de un titular de Defensa ruso a Teherán en 15 años, se trató precisamente el contencioso sobre el suministro de sistemas móviles de defensa antiaérea.
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