No puedo decir que Donald Trump o Joe Biden hayan ganado el primer debate porque ambos estuvieron fuera de tono, no tomaron en cuenta a los ciudadanos que lo veíamos y ninguno dio un mensaje claro de qué harían si ganan la presidencia. Pero reconozco que a Joe Biden no le perjudicó el debate, por el contrario, la imagen que Trump había creado de él, denominándolo como ‘sleepy joe’, un hombre sin carácter, distraído, confundido, y no apto para la presidencia, se derrumbó. Con solo eso, tumbar este estereotipo, a Joe Biden algo le quedo en positivo.
Pienso que Trump, llegó a creerse, su propio arquetipo de Biden y se preparó para agredirlo constantemente, para hacerlo perder control emocional, ‘sacarlo de sus casillas’, y esta situación lo hiciera cometer errores. Pues, bien Biden, a pesar de todo se mantuvo relativamente sereno y tranquilo.
Trump, viendo que su estrategia fallaba, se fue endureciendo y en algún momento se olvidó que es el presidente de los Estados Unidos, ni más, ni menos, y comenzó a portarse como en la pasada campaña interna de su partido, y en la elección presidencial en los debates con Hillary Clinton. Conductas tales como insultar, agredir al oponente, ofender, atacar a miembros de sus familias, discriminar y acosar al adversario. El debió comportarse como un presidente y dar un debate de altura.
Al no hacerlo y personalizar el debate con una ofensiva a Joe Biden de tú a tú, abrió la puerta, para que su contrincante hiciera lo mismo, lo tratara como Donald Trump y no como presidente. De esta forma se dio el caso de que, saltándose el protocolo, Biden lo llamara ‘payaso’, y quedara desestabilizado. Un verdadero presidente no hubiera insultado, y si el alguien le dijera ‘mascota de Vladimir Putin’, ‘mentiroso’ o ‘payaso’, reclamaría airadamente que no le pueden llamar así porque es el presidente de los Estados Unidos. Viejo es el consejo popular: “respete para que lo respeten”. Pienso que Trump perdió su majestad, y su investidura presidencial.
El objetivo de Trump era obvio, descontar la ventaja que claramente le lleva Biden en las encuestas como probable ganador en las elecciones. Y no lo logró. Biden no va a perder a sus electores.
Más bien, Trump, que requiere que todos los republicanos voten por él, luego del debate, puede perder algunos votos entre ellos, y se sumen a los republicanos que ya se han pronunciado a favor de Biden. Lo más importante, es que el sector de independientes e indecisos, votos que necesita más Trump que Biden, porque el demócrata va adelante en los sondeos, no recibieron ningún mensaje de Trump que los llamara. Ya en las redes sociales y en la opinión pública la tendencia es que se manifiestan en contra del debate y de que no verán el próximo entre ellos dos.
Definitivamente, al no alcanzar su objetivo, Donald Trump perdió. Mientras que Biden, teniendo un objetivo mas modesto, como lo era salir airoso del debate y no perder su electorado, lo alcanzo. Joe Biden ganó.
En el segundo debate, tampoco hay forma de que Donald Trump gane. Los asesores de Trump tienen que analizar bien si permiten el debate vicepresidencial, porque, solamente de darse, ya Trump pierde.
Primero, porque Pence tiene una imagen presidencial que ha cuidado con esmero, y es un político profesional cultivado. Mike Pence no va a insultar a Kamala Harris, quien también es una profesional, abogada y fiscal que domina el lenguaje y la diatriba académica. El debate va a ser seguramente hasta ‘rudo’ pero sin perder la altura y la tradición del debate serio. La realidad es que la comparación psicológica en la mente de cada uno de los ciudadanos de la audiencia ese día va a ser entre Pence y Trump. A mejor lo haga Pence más al desnudo quedará Trump. Si Kamala lo hace bien reforzará a Joe Biden.
De una cosa estoy absolutamente seguro, el debate vicepresidencial no afectará los puntajes de Joe Biden en las encuestas. Biden gana. En el caso de Trump, el encuentro de Pence y Harris, tampoco moverán las encuestas, por lo que Trump… pierde.
Add Comment